“En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento.” (Haruki Murakami: El fin del mundo y un despiadado País de las Maravillas).
Hoy, 13 de enero, celebramos el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión: una enfermedad que afecta al 3,8% de la población mundial según datos de la OMS y va mucho más allá de cambios puntuales en nuestro estado de ánimo (lo que coloquialmente llamamos “estar de bajón”). La depresión puede convertirse en un problema de salud serio que afecta a la vida cotidiana de las personas, por eso es importante conocerla y trabajar con las herramientas adecuadas para su prevención y tratamiento.
Problemas como el estrés laboral, la discriminación de género, la exclusión social o una mala salud física pueden hacer que seamos más vulnerables ante la depresión. Además, en los últimos años, la pandemia provocada por el COVID-19 ha tenido un impacto negativo sobre la salud mental de las personas que sufren este trastorno, obligándolas a hacer cambios bruscos y repentinos en sus vidas que repercutieron directamente en su equilibrio emocional.
¿Cómo saber si es depresión?
Todos tenemos un mal día y a veces cuando las cosas no salen como esperamos es normal sentirnos tristes, disgustados o con ganas de tirar la toalla. Pero lo que conocemos como “depresión clínica” o “trastorno depresivo mayor” es algo diferente. No se trata de un estado pasajero sino de una condición mantenida en el tiempo y que interfiere en las actividades cotidianas diarias.
Los síntomas más comunes de la depresión son los siguientes:
- Sentimientos de tristeza y ansiedad permanentes (“sentirse vacío”).
- Pensamientos negativos recurrentes (“nada tiene sentido”).
- Sentirse irritable o frustrado.
- Tener dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
- Ser incapaz de dormir o dormir durante casi todo el día.
- Sentir fatiga o cansancio.
- Mostrar desinterés por las cosas que antes nos gustaban.
- Cambios repentinos en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
- Sentimientos de inutilidad y baja autoestima.
- Tener pensamientos sobre la muerte o el suicidio.
Hay que tener en cuenta que no todas las depresiones presentan los mismos síntomas ni tienen la misma gravedad. Normalmente se habla de trastorno depresivo mayor cuando los síntomas de la depresión están presentes la mayor parte del tiempo durante al menos dos semanas. A diferencia de él, el trastorno depresivo persistente suele mostrar síntomas menos graves pero más duraderos en el tiempo (por lo menos dos años). También estaría la depresión post-parto que se diagnostica en el primer mes del alumbramiento o la depresión estacional.
Este último tipo de depresión que tiene un carácter transitorio se produce durante el invierno coincidiendo con las horas de menos luz. Los anglosajones tienen una palabra para referirse a este fenómeno: ‘winter blues’ que no es otra cosa que la depresión estacional. La Navidad es un periodo de mucha actividad en el que solemos mantener la mente distraída con preparativos, compras, reuniones familiares o cenas de empresa. Al llegar enero toda esa actividad frena de golpe creando un estado anímico de tristeza y vacío. Por eso para muchas personas depresivas, enero es un mes especialmente malo.
¿Cómo superar la depresión?
La depresión puede afectar a cualquier persona con independencia de su edad, sexo, raza, cultura o nivel adquisitivo. Hay investigaciones que sugieren que ciertos factores genéticos, biológicos, psicológicos o ambientales predisponen más a padecerla, pero sus causas y tratamiento deben ser estudiados en cada caso por un profesional de la salud mental.
La terapia para la depresión se concentra en eliminar los pensamientos y sentimientos negativos y en aprender a manejar el estrés que sentimos en los momentos de mayor desajuste emocional.
Además, nuestro psicoterapeuta nos ayudará a:
- Identificar aquellos hábitos que desencadenan o empeoran la depresión para tratar de evitarlos.
- Entender los eventos dolorosos del pasado.
- Reforzar la autoestima frente a situaciones estresantes o de presión social (por ejemplo el bullying).
- Mejorar las relaciones con nuestros familiares y amigos.
Algunos consejos útiles
Nos gustaría decirte que existe una fórmula mágica o recomendarte un libro de autoayuda buenísimo para salir definitivamente de una depresión. pero cada persona es un mundo y recuperarse de una depresión normalmente es un proceso lento que tiene sus recaídas. Por eso, una terapia personalizada es la forma más eficaz de tener las herramientas necesarias para liberarnos de los pensamientos negativos y mostrar una actitud firme ante las dificultades de la vida.
Aún así, existen algunas habilidades en las que puedes trabajar para ayudarte a ti mismo a superar una depresión. Aquí te las resumimos: