En esta sociedad dominada por la inmediatez y los vínculos frágiles es común que las relaciones duren poco. No todos están dispuestos a cuidar una amistad o una relación de pareja. Hoy te hablaremos del ghosting, un término que apareció a comienzos del 2.000 y que cada día está más presente en nuestro vocabulario.
¿Qué es el ghosting?
“Ghosting” viene del término anglosajón “ghost” (fantasma). La persona que practica ghosting tiene por costumbre desaparecer de manera repentina como si se tratara de un fantasma. De repente, deja de responder a tus llamadas y mensajes o de seguirte en las redes sociales, es decir, corta el contacto en todos los sentidos.
Realmente el hecho de desaparecer sin dar explicaciones no es nada nuevo. Siempre ha habido personas que rompían una relación ausentándose de la noche a la mañana. La diferencia es que antes era más difícil. Nuestros amigos o parejas solían vivir en nuestro barrio o en alguna ciudad cercana y por lo tanto existía un contacto más directo. En cambio, a día de hoy el anonimato de las redes sociales y la posibilidad de establecer relaciones a distancia ha hecho que el contacto personal decaiga notablemente. Tenemos cientos de “amigos” en nuestra cuenta de Facebook o Instagram, pero muchas veces son personas a las que nunca llegaremos a conocer.
Un estudio publicado en el Journal of Social and Personal Relationships (2018) reveló que una de cada cinco personas que participaron en la encuesta habían sufrido ghosting alguna vez.
También existe un ghosting laboral. Por ejemplo, estamos en un proceso de selección de personal y tras una serie de mensajes y entrevistas en las que la empresa muestra su interés en nuestro perfil, de pronto dejamos de recibir noticias y nadie responde a nuestras solicitudes. Luego nos enteramos por otros medios de que el puesto ya ha sido cubierto.
¿Por qué algunas personas hacen ghosting?
Existen varias razones que pueden llevar a una persona a actuar de este modo.
Falta de responsabilidad afectiva.
La responsabilidad afectiva consiste en reconocer que nuestros actos tienen consecuencias en el bienestar emocional de otras personas. Por lo tanto, debemos prestar atención al modo en el que nos relacionamos con los demás, tratando de establecer vínculos de empatía.
Terminar una relación es a veces una situación incómoda. Las personas que hacen ghosting demuestran una conducta irresponsable evitando “dar la cara”.
El anonimato de las redes sociales.
Aplicaciones de citas como Tinder o sistemas de mensajería instantánea como Whatsapp han hecho posible que podamos encontrar pareja o amigos con menos riesgos.
Carme Sánchez, sexóloga y codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona comenta que “el anonimato que ofrecen las redes sociales favorece conductas que nunca se tendrían presencialmente. Internet y las redes sociales han provocado que las relaciones sean más líquidas y es esto, cogido de la teoría Bauman, lo que desnaturaliza las relaciones y dificulta la empatía al no tener a la persona delante”.
Al perder el contacto personal e iniciar la relación de manera virtual, nos alejamos de la realidad, olvidándonos de que detrás de ese perfil hay una persona con expectativas, emociones y sentimientos.
Personalidad narcisista
Por lo general, las personas que practican ghosting tienen una personalidad narcisista, actúan de ese modo porque se sienten superiores a los demás.
Aunque no siempre es así, algunos individuos hacen ghosting por cobardía ya que no saben cómo terminar una relación agotada por falta de interés o por haber conocido a otra persona. Al carecer de la madurez afectiva suficiente para afrontar estas situaciones, optan por la vía fácil de desaparecer. Muchas veces llegan a sentirse mal por ello y experimentan después una serie de remordimientos.
Haber sido víctima del ghosting.
Algunas personas que han sufrido ghosting se lo hacen a su vez a otros ya que lo han validado como forma de ruptura.
No hay diferencia entre hombres y mujeres, ambos lo practican por igual. Tampoco está suscrito a ninguna edad en especial, aunque es más común entre la gente joven porque utilizan más las redes sociales.
La factura emocional del ghosting.
El ghosting tiene una serie de consecuencias psicológicas, sobre todo para la persona que lo sufre y que piensa que tiene una relación afectiva con la otra parte hasta que se ve sorprendida por la interrupción repentina del contacto.
La impotencia de no poder contactar con la otra persona pasa por distintas fases, desde la incredulidad y negación (buscar posibles explicaciones a la situación como una emergencia repentina), al enfado al enterarse de que está perfectamente, y finalmente síntomas característicos de un duelo psicológico como pueden ser la ansiedad y la depresión.
Casi siempre, cuando alguien es abandonado por un ghosting se acrecientan las inseguridades.
¿Cómo superarlo?
- Bloquea el sentimiento de culpa: convéncete de que no eres responsable de lo ocurrido.
- Conecta de nuevo con tus emociones: deja de buscar una explicación al trato que has recibido. No te llevará a ninguna parte. En su lugar reflexiona sobre el trato que te gustaría recibir en una relación.
- No busques el contacto: es normal sentir la tentación de indagar sobre su vida a través de terceras personas o creando nuevos perfiles en las redes sociales, pero esto sólo aumentará tu malestar.
- Recuerda que puedes pedir ayuda: si no logras gestionar tus emociones y sientes un alto nivel de ansiedad, la psicoterapia online puede ayudarte a que te sientas mejor y continuar con tu vida. En Amizar trabajamos con las herramientas que han demostrado ser efectivas para reforzar la autoestima y reducir los niveles de ansiedad. Aunque te parezca imposible, puedes pasar página de las experiencias negativas. Contacta con nosotros y comienza una nueva etapa con una actitud positiva.