Cuando nuestro bienestar está ligado de forma intensa a otra persona se produce un desequilibrio poco saludable entre nuestras necesidades como individuos y la existencia de ese vínculo emocional.
Las personas que sufren dependencia emocional no son dueñas de sus propias vidas, sienten temor al abandono y buscan constantemente la aprobación de los demás. A menudo, sus sentimientos se corresponden con una visión exagerada y poco realista del mundo lo que les impide analizar la situación de manera objetiva y tomar decisiones por ellos mismos.
Posibles causas de la dependencia emocional.
La necesidad de afecto es un sentimiento común de todos los seres humanos. En este sentido, ser más o menos dependientes podría considerarse como un rasgo de la personalidad. Sin embargo, cuando se trata de una necesidad afectiva extrema que deriva hacia conductas patológicas y desproporcionadas, estaríamos hablando ya de un trastorno.
Muchas veces el origen de la dependencia emocional se encuentra en la infancia. Personas que han sufrido carencias afectivas tempranas tienen mayor predisposición a ser dependientes ya que han desarrollado una baja autoestima y muchas veces experimentan temor a quedarse solos o a sentir el rechazo de los demás. Además, suele existir un componente sociocultural que se apoya en los mitos sobre el amor romántico que dibuja un intercambio de afecto asimétrico y disfuncional en el cual se idealiza a un miembro de la pareja.
Así, podríamos señalar como causas más habituales de la dependencia emocional:
- Falta de afecto: muchas personas emocionalmente dependientes tienen una infancia marcada por las carencias afectivas. Según las investigaciones de John Bowlby (1989) los tipos de apego se consolidan en la infancia según la relación que el niño haya tenido con la madre o cuidador principal. Cuando no se cubren esas necesidades afectivas, el menor aprende que para ser amado necesita la aprobación de los demás. Se crea así un patrón psicológico dependiente en la adultez, en el cual el cariño y el afecto se consiguen por la acomodación a las necesidades de otros.
- Sobreprotección parental: si bien muchos dependientes emocionales son personas que se han sentido poco queridas en la niñez o incluso que han tenido que convivir con el maltrato y el abandono, tenemos también el caso totalmente opuesto, es decir, conductas sobreprotectoras por parte de los progenitores que no permiten al niño desarrollar su autonomía. Es muy posible que estos individuos perpetúen el papel de dependientes emocionales ya en la edad adulta. Una vinculación afectiva excesiva durante la infancia se relaciona con trastornos de apego emocional, cierto grado de inmadurez y una necesidad excesiva de atención.
- Baja autoestima: una autoestima inestable es otro factor que puede contribuir al desarrollo de una dependencia emocional. La autoestima se regula en base a un mecanismo de refuerzo que depende del entorno. Si la persona dependiente no recibe los refuerzos que necesita o incluso si percibe que estas respuestas son negativas, se desvalorizará sistemáticamente e intentará complacer desesperadamente a los demás para no quedarse sola.
- Tópicos sobre el amor romántico: los componentes socioculturales también pueden influir en la aparición de este trastorno. Una visión distorsionada del amor, basada en el intercambio de afecto asimétrico y disfuncional, hace que para las personas dependientes amar signifique entregarse al otro hasta el punto de perder su individualidad. El amor es entendido como admiración y posesión y no como un intercambio recíproco de afecto.
Rasgos del dependiente emocional.
Los síntomas de la dependencia emocional pasan muchas veces desapercibidos y debido a esto muchos pacientes no reciben el diagnóstico y tratamiento que necesitan.
A menudo, se acude a la consulta del psicólogo para tratar problemas de ansiedad, depresión o estrés sin saber que la causa de estos síntomas es una dependencia emocional. Existen algunas señales conductuales que podrían indicar que se padece este trastorno, pero debe ser siempre un profesional de la salud mental quien examine al paciente y determine el diagnóstico.
- Baja autoestima
- Inseguridad
- Dificultad para tomar decisiones por uno mismo.
- Dificultad para adaptarse a nuevos entornos o situaciones.
- Miedo a la soledad
- Niveles altos de estrés y ansiedad
- Sensación de vacío ante la ausencia de la otra persona.
- Autoanulación de los propios deseos y necesidades.
- Cambios en el comportamiento, gustos o forma de ser para agradar a la pareja.
- Obsesión por controlar la vida del otro (llamadas, redes sociales, mensajes de WhatsApp, etc.)
Tipos de dependencia emocional.
La dependencia emocional no se da únicamente en el ámbito de las relaciones sentimentales. Aunque sean más frecuentes en este terreno, pueden existir también en la familia o en el entorno social.
Dependencia emocional en la pareja.
En casi todas las parejas existe cierto grado de dependencia afectiva. Si tuviéramos una independencia total de los deseos del otro, sería muy complicado mantener la relación por falta de objetivos comunes.
Sin embargo, cuando uno de los miembros de la pareja es totalmente sumiso y dependiente se crea una situación de desequilibrio en la cual se concede prioridad total a los deseos del otro. Esto a su vez dará lugar a un aumento progresivo de la necesidad de atención y disponibilidad del tiempo de la pareja. En todo momento la persona dependiente quiere saber dónde está, con quién está y conocer cualquier aspecto de su vida. En base a este amor desmedido y necesidad de complacer, pueden hacer regalos exagerados o abandonar sus actividades sociales.
Algunos autores subrayan que las personas con un alto grado de dependencia emocional suelen sentirse atraídas por individuos manipuladores o con un perfil narcisista. Muchas veces no son capaces de abandonar la relación, aunque se sientan infelices, menospreciadas o maltratadas. Estas situaciones repercuten de forma muy negativa en la autoestima de las personas dependientes, que sufren síntomas depresivos o ansiedad y asumen la culpa de todos los fracasos en la relación.
Dependencia emocional en la familia
Se suele dar en las relaciones parentales cuando los progenitores asumen un alto grado de control sobre la vida de los hijos ya adultos. Son situaciones muy asfixiantes en las que la libertad se reduce al máximo.
El dependiente necesitará de la aprobación de dicho familiar para cualquier decisión, dejando a un lado sus deseos y proyectos personales.
Dependencia emocional en los entornos sociales
Puede darse en el círculo de amigos, compañeros de trabajo, etc. A menudo se asocia con un complejo de inferioridad que lleva a la persona dependiente a buscar el reconocimiento y la atención continuada de quienes le rodean. Por ejemplo, la obsesión por volverse popular en las redes sociales y tener muchos seguidores podría ser un indicativo de este tipo de dependencia.
¿Cómo superar la dependencia emocional?
La dependencia emocional es un trastorno que puede presentarse con mayor o menor intensidad. En ocasiones será necesario tratar síntomas físicos como insomnio, pérdida del apetito o niveles altos de estrés. Los pacientes suelen acudir a la consulta del psicólogo cuando se sienten demasiado vulnerables e incapaces de gestionar sus emociones.
La terapia tiene como fin buscar el origen de la dependencia afectiva y trabajar en el desarrollo de la autoestima y la independencia.
Actualmente, existen diferentes técnicas para tratar la dependencia emocional: las terapias de pareja, la terapia EMDR, la hipnosis clínica, la EFT, etc. Gracias a ellas es posible acceder a los recuerdos para descubrir las experiencias infantiles que desencadenan el trastorno.
En el caso de las relaciones de pareja podemos trabajar también las técnicas de gestión de conflictos que mejoran la comunicación y el equilibrio de intereses cuando se presentan desacuerdos.
Recuerda que los psicólogos son los únicos profesionales de la salud capacitados para diagnosticar y tratar trastornos como la dependencia emocional. El diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuados de la enfermedad, evitará que el patrón de conducta se a lo largo del tiempo.